domingo, 30 de septiembre de 2012

La biblia de Lucifer: El Cautiverio (Libro de las acusaciones)

Acusaciones
1. Viste lo que hicieron los reyes de Israel, no cumplieron con su parte del pacto, escogieron el mal y la muerte, habiéndoles tú puesto en frente la bendición o maldición. Y escogieron las tinieblas a la luz, pues su corazón malo necesita de la oscuridad para poder obrar el mal, por tanto prefirieron hacer el mal en lo secreto, pero el bien en público.
2. Ya ves cómo te llevaban animales enfermos o cojos como ofrenda santa, ya ves cómo tus sacerdotes se saciaban de la carne de sacrificios mientras el pueblo moría de hambre, ya ves cómo los ricos adquirían más y más tierras, no dejando al hermano lugar donde vivir, al huérfano desampararon y le robaron a la viuda hasta la última moneda de ínfimo valor.
3. Fuiste testigo de su osadía, pues prefirieron hervir en agua a sus hijos, a recién nacidos de sus entrañas para comerlos, así saciando su hambre. Pues eso les deparaste si elegían mal, y en la hora que les diste para escoger, prefirieron a los dioses, con todo el ejército del cielo, con toda su maldad.
4. Y consultaron adivinos que les dijeran el futuro, en lugar de esperar por tu salvación. Y eligieron brujos para que les ayudasen en lugar de esperar tu providencia, no confiaron en ti para nada, se desviaron del camino que les fijaste, fueron torpes y de dura cabeza, no entienden. Tu pueblo es falto de conocimiento y no se sienta a razonar, mas sus pies se apresuran a la maldad, con sus manos llenas de sangre, pues por mirar con ojos de deseo a la mujer de su prójimo asesinaron a su marido, para poder allegarse a ella. Así con ley rompen la ley, y por la ley trataron de salvarse, pero la ley misma los condena. Porque muerto su marido se podía volver a casar, pero el matar estaba prohibido.
5. Y de esa clase de hombres tú tuviste piedad, de David. Y otro rey cambió todo cuanto le habías dado, pues a ningún otro le has dado tanto como a aquel, riquezas y sabiduría, pero prefirió a las mujeres, al igual que tus santos ángeles, y se allegó a ellas, y a sus dioses, y levantó altar a cada imagen del ejército del cielo, a todos los demonios, sin faltar ninguno.
6. Y te airaste, les quitaste el reino, dividiste a su pueblo en dos como por espada, y los dispersaste por las naciones, enviaste al Rey de Babilonia para exterminarlos, acabaron con ellos, se llevaron a sus hijas e hijos a tierra lejana, para servir a otros dioses, se inclinan ante palos y piedras, dioses que no son más fuertes que tú, que no salvan de tus manos.
7. Pero Ezequiel te vio levantar tu trono, con todo tu poder y esplendor, con tus siete espíritus, los animales sagrados, y te fuiste de las tierras de Israel a las tierras de Babilonia, y no abandonaste al pueblo que te abandonó, les seguiste para estar con ellos, les seguiste pues les amabas, como cuando sigues baboso a una prostituta. Y permaneciste con ellos hasta el día señalado, esperando el día, hasta cuando se arrepintiesen de su mal.

8. Y les seguiste a Babilonia, y Ezequiel te vio descender con tu trono, y posarte sobre las tierras en donde exiliaste a tus elegidos, y no los abandonaste pese a todo el mal que hicieron, aun te volvieron la espalda y adoraron al sol.
9. Pero dejaste un remanente, pueblo pequeño, pues no todos adoraron a otros dioses, no todos hicieron el mal, y por amor a esos cuantos, preservas la semilla de Jacob, mantienes tus promesas.
Aunque pocos
10. Y aunque pocos, me son tropiezo, pues tu palabra no se invalida, hay esperanzas de que alguno de ellos haga enteramente lo que es bueno, y tu esperanza se mantiene, y la de ellos, aun la mía, pues la maldad de los hombres se manifiesta, y aumenta el mal a cada minuto en lugar de aumentar el bien.
11. Y es cosa preciosa, pues estoy seguro de que todos los hombres te fallarán, ninguno respetará tu ley, y me seguirás enviando a golpearles y castigarles, continuamente, porque no entienden, son generación de avestruces, que no piensan ni al caminar, pues hasta sus propios huevos pisan estúpidamente.
12. Y por el amor a esos pocos que no doblaron su rodilla ante Baal, te vas con ellos al cautiverio, como prisionero en Babilonia, como encubierto, pues tus planes son robar su tesoro.
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