domingo, 15 de abril de 2012

LEYENDAS DE GIRONA

Una leyenda es aquello que, aunque no sea realidad esta basado en algo que existe o existió en su tiempo y, que la voz popular ha ido transmitiendo y adornando a lo largo de la historia.
En busca de las realidades que hacen posibles estas leyendas nos hemos trasladado a la preciosa ciudad de Girona, variopinta en leyendas y con una historia real que supera en muchos casos la ficción.
Hemos centrado nuestra visita en el interior del recinto amurallado donde floreció la antigua Gerunda romana. Estas murallas fueron construidas en plena Edad Media entre los siglos IX y XV y a pesar de los continuos ataques sufridos permanecieron intactas hasta mediados del s. XIX.
Estas murallas vieron crecer la ciudad gracias, sobretodo a su barrio judío. Los judíos se establecieron muy temprano en Catalunya , concretamente en la ciudad de Girona entre los años 888-890, y ocupaban altos cargos en las finanzas y la administración, como podían ser  recaudadores de impuestos o incluso secretarios reales. Todos los ciudadanos convivían en cierta armonía hasta que, en el año 1243 una orden de Jaime I obligaba a los judíos a vivir separados del resto en barrios llamados Calls (del hebraico kahal, comunidad) .
 
En la maqueta se puede ver la antigua ciudad de Girona, delimitada por la muralla y, en color mas oscuro el barrio judío.
El barrio judío de Girona se articula, desde 1160, entorno al la calle de la Forca, que en su época se llamaba calle mayor del call. Era un lugar con calles estrechas y en pendiente. Había varias sinagogas, en una de las cuales esta actualmente el museo de historia de los judíos, y eran edificios  con todos los espacios necesarios para la vida religiosa y comunitaria. Durante un tiempo, en este barrio vivían en cierta harmonía familias judías y cristianas. Hasta que en el s. XV se prohíbe que los judíos vivan al oeste de la calle principal y el call de Girona se convierte en un lugar de reclusión. La cosa se fue complicando para ellos, ya no se les permitía ejercer oficios públicos, recaudar deudas o incluso matar en las carnicerías publicas de la ciudad. Además se les obligó a vestir con la capa judaica una vestimenta que constaba de dos piezas, un abrigo largo hasta los talones y una capucha que cubría su cabeza por completo.

En algunos lugares de Girona se pueden ver las ranuras en las piedras procedentes del antiguo call. Estas ranuras guardaban la mezuzá, un pequeño pergamino enrollado que tiene escritos los versos bíblicos: “Escucha, Israel, el Señor es tu Dios, el Señor es Uno (…) y estas palabra permanecerán en tu corazón y las escribirás en las lindes y en las puertas de tu casa”
LA LEYENDA DE LA TOLRANA
Cuenta una leyenda que en el call vivía una mujer judía llamada la Tolrana, nombre que posiblemente sea un derivado de Torana (seguidora de la Torah). El 17 de septiembre de 1391 encontraron su cadáver decapitado en la Torre Gironella, lugar donde se habían refugiado los judíos a causa del ataque de unos campesinos azuzados por el clero. Estos campesinos llegaron a Girona con motivo de la feria de San Lorenzo y, compinchados con otros de la ciudad, entraron en el Call  donde robaron, saquearon y degollaron a sus habitantes. Algunos encontraron refugio en casas de ciudadanos cristianos con los que mantenían relaciones comerciales, otros huyeron a Castelló d’Empuries. Los que permanecieron en el Call solamente se salvaron los que consintieron ser bautizados, cosa que ya estaba prevista ya que ese dia los baptisterios estaban abiertos y los sacerdotes preparados para suministrar el bautismo.
Se cuenta que el fantasma  de la Tolrana vaga sin descanso por el barrio viejo de Girona, donde se puede oír una sollozante voz de mujer cantando una triste canción en un idioma ininteligible pero aterrador.
Muchas personas de Girona que han paseado de noche por el barrio viejo y el paseo arqueológico han podido escuchar estos lamentos que se acercan y se alejan peor que nunca se llega a discernir de que lugar exacto provienen.
Durante algún tiempo, en el centro Isaac el Ciego, en un rincón de este patio  había una cabeza de bronce que representaba la Tolrana, hecho por la escultora de Girona Pia Crozet.
La comunidad judía de Girona era propietaria de unos terrenos al norte de la ciudad que cumplían las normas de pureza y ubicación necesarias para los cementerios judíos: fuera de las murallas, en terrenos sin labrar, en pendiente y próximo a una corriente de agua. En la falda de la montaña de Montjuic “montaña judía” enterraron a sus muertos hasta 1492. Con su expulsión tuvieron que abandonar el cementerio. El terreno ha permanecido sin edificar durante 5 siglos y ha conservado la estructura casi exacta que tenia en la época de cementerio judío.
Allí fue edificado el Castillo de Montjuic a mediados del s. XVII y destruido en 1809 durante la guerra de la Independencia.
Foto del castillo de Montjuic tomada desde las murallas de la ciudad.
La cosa se fue poniendo cada vez peor para la comunidad judía, la gente empezó a atacar los call envidiando la riqueza y sabiduría de sus moradores, además la Iglesia católica veía en ellos una amenaza, la Inquisición actuó contra la herejía, los que sobrevivieron a las matanzas fueron obligados a bautizarse, pero continuamente fueron acusados de crímenes, apresados y torturados, muchos de ellos condenados a la hoguera, hasta que en el año 1492 el Edicto de los Reyes Católicos y el Inquisidor Torquemada ordenaba la expulsión de los judíos.
Y hablando de Inquisidores, Girona fue la cuna de Nicolau Eymerich, Inquisidor General de la corona de Aragón y obtuvo el cargo honorifico de capellán del Papa Inocencio VI como reconocimiento a su diligencia en la persecución de herejes y blasfemos. Dedico su vida a perseguir brujas y herejes y escribió el célebre Directorium inquisitorum, que juntamente con el Malleus Maleficarum de Sprenger fueron los libros de consulta de todos los inquisidores de Europa, que siguiendo sus instrucciones detuvieron, torturaron y juzgaron a cientos de mujeres y hombres que fueron quemados vivos como brujos o brujas.
Y siguiendo con el hilo que nos ha creado el inquisidor Nicolau Eymerich, lo justo es hablar también de las brujas y en Girona, concretamente en la catedral, cuentan con una bonita leyenda

LA LEYENDA DE LA BRUJA DE LA CATEDRAL DE GIRONA

Se puede ver una gárgola en la catedral justo al lado de la torre de Carlemany, que tiene la peculiaridad de ser la única gárgola con forma humana, se la conoce con el nombre de La Bruja de la Catedral y según cuenta la leyenda representa a una vieja que, según aseguraban, volaba por los aires y se dedicaba a las malas artes. Tenía la costumbre de tirar piedras a la catedral, riéndose y cantando obscenidades. Un día Dios quiso castigar sus actos y la convirtió en una gárgola de piedra, para que de su boca manara solamente agua pura en lugar de blasfemias, quedando incrustada cerca de la torre de Carlomagno. Al día siguiente los vecinos pudieron reconocer con alivio, los rasgos de la vieja en la figura de piedra.
Tal como he relatado, la gárgola de la bruja esta situada al lado de la llamada Torre de Carlomagno o Carlemany. Curiosamente Carlomagno jamás visitó Girona, y a pesar de no haber sido nunca santificado por la Iglesia, fue canonizado por el antipapa Pascual III (Guido de Cremona) en el año 1165. El obispo de Girona impuso su culto en 1345 y hasta introdujo una misa especial en su honor. La devoción popular de Girona lo veneraba como a un autentico santo y lo invocaban los cojos, los ciegos y los leprosos que acudían de toda Catalunya a implorar su favor cada 28 de Enero.
LA LEYENDA DE CARLOMAGNO

Cuenta la leyenda que estando Carlomagno en Gerona un frio día de invierno, subió al campanario de la antigua catedral (la actual torre de Carlomagno era el campanario de la antigua catedral románica) para disfrutar del paisaje nevado, pero se le cayo su espada Montjoie en medio del claustro y, aunque hizo que sus soldados buscasen la espada en medio de la nieve, nunca la encontraron. Se dice que la espada cayó de punta y se hundió en el suelo de la fuerza que llevaba, y aún hoy día continúa adentrándose en las entrañas de la tierra hasta que la espada alcance el centro y la parta en dos, llegando ese día el fin del mundo.
También se encuentra relacionada con Carlomagno una silla episcopal que está situada detrás del altar mayor. En realidad se trata de un sitial de mármol de los Pirineos del s. XI procedente del antiguo templo románico. Cuenta la leyenda que cuando una pareja se sienta junta en ella contraerán matrimonio antes de un año. Pero si solamente se sienta un hombre este nunca se casará, por eso antiguamente se sentaban allí los seminaristas, así podrían llegar a ser sacerdotes con toda seguridad.
LA LEYENDA DE CAP D'ESTOPAS
En el interior de la catedral se encuentra el sepulcro de Ramón Berenguer “Cap d’Estopas”, hijo del conde de Barcelona. Su padre le dio a él y a su hermano gemelo, Berenguer Ramón, los condados de Barcelona, Vic y Girona para que los gobernaran conjuntamente. Pero Berenguer Ramón no tenía muchas ganas de compartir y, un día que salieron de caza asesinó a su hermano y escondió su cuerpo. No contaba con que el halcón que siempre acompañaba a Ramón Berenguer diera la voz de aviso a un payés que pasaba por allí, el cual descubrió el cuerpo y lo trasladó a Girona. Claro está el halcón no podía decir quien lo había matado, pero durante el funeral el halcón entro volando a la catedral y sin poder evitarlo, el coro empezó a repetir “Caín mató a Abel”, de esta manera se percataron todos de que fue Berenguer Ramón el asesino de su hermano. En honor a este hecho se puede ver un halcón esculpido en la puerta de Sant Miquel.
LEYENDA DE SAN NARCÍS Y LAS MOSCAS
Por delante de la catedral y desde las murallas que la rodean podemos ver la iglesia de San Feliu o de Sant Felix, la cual tiene otra bonita leyenda que nos cuenta como el patrono de la ciudad, San Narcis, enterrado en esta iglesia, les libro del asedio de los franceses, cuando un grupo consiguió entrar en este templo en junio de  1285. Entonces miles de moscas gigantes salieron de dentro de la iglesia y empezaron a picar a los soldados y a sus caballos. Eran unas moscas enormes que se metían por la nariz y el trasero de soldados y monturas. Murieron muchos de ellos y los pocos que quedaron decidieron replegarse. Desde entonces cada vez que había algún conflicto armado en la ciudad se invocaba a San Narcís y sus moscas.
EL CULO DE LA LEONA
En la plaza de San Feliu, justo delante de la iglesia hay una columna con una leona trepando. Dice la voz popular que si vas a Girona hay que besarle el culo a la leona y este ritual expresa nuestra voluntad de volver a visitar la ciudad o de quedarnos a vivir en ella. No se considera de buen ciudadano no cumplir con este rito, y hemos podido comprobar que no hay turista que visite la ciudad que pase por este lugar de largo. La gente hacia cola para subir las escaleritas que hay en la columna para besar el culo de la leona y hacerse la foto de rigor.
EL ANGEL DE LA CATEDRAL
Como datos curiosos podemos hablar también del Ángel de la Catedral situado en la parte más alta del edificio. Originalmente este ángel llevaba los ojos vendados ya que representaba la Fe que como todos sabemos es ciega. Pero al restaurarla colocaron la cabeza sin venda ya que, por la lejanía, la venda no se apreciaba y todo el mundo conocía esta figura como “el Ángel” ya que, lo que si se pueden, ver son sus alas.
EL SECADERO DE LOS FRAILES CAPUCHINOS
Este era el cementerio del antiguo convento de Frailes Capuchinos de  San Antonio de Pádua , construido en 1753. Es uno de los pocos secaderos mejor conservados de Cataluña. Esta rodeado de 18 nichos verticales, con sus correspondientes bancos agujereados, donde según el ritual que la orden practicaba desde el s. XVI, los frailes difuntos se colocaban allí sentados hasta la desecación de sus cuerpos. Permanecían allí durante dos años  (el olor debía de ser insoportable, ya que frecuentemente, antes de que un difunto terminara su proceso de desecación, había que introducir otro nuevo, y no debía de ser nada agradable). Al término de los dos años se sacaban a las momias de los nichos, se les vestían con los hábitos religiosos y se les colocaban en la habitación contigua, donde podían ser contempladas por los devotos de la comunidad.
LAS MURALLAS
Paseando por las murallas se goza de una privilegiada visión de esta ciudad y sus paisajes
También hemos podido fotografiar algunos elementos curiosos como esta imagen encerrada en una pequeña celda en la base de una de las torres.
O este curioso retrete que imagino se utilizaba para aliviar las necesidades de los soldados que hacían largas horas de guardia en estos muros.
El lugar idóneo para colocar una papelera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario