martes, 31 de enero de 2012

Los signos de la Gehenna.

¡Quieto! ¡Escucha del cuervo

El planto! Y la quietud

Del viento, abrasadora,

Se alza sobre las calles.

Las altas torres esconden

La oscuridad del día.

Cuando se hagan realidad

Los süeños de Lasombra,

El día en que la luna

Se deslice como sangre

Y el sol se alce negro en el cielo;

Éste, sin duda, será

El día de los Condenados,

Cüando se alzarán

De Caín todos los hijos.

Y el mundo quedará frío,

Y el suelo escupirá,

Hirviente, mugrientos entes;

Grandes tormentas caerán,

Fuegos encenderá el rayo;

Cubrirá a los animales

Una pléyade de úlceras;

Sus cuerpos caerán, quebrados.

Entonces, nuestros Abuelos

Se alzarán de la tierra.

Romperán ellos su ayuno

En de nos la prima parte.

Nos consumirán por completo.

Será en el segundo día

Cuando volverá Caín,

Llamando a sus Chiquillos

Para poder encontrarse

En el lugar acordado,

En la Primera Ciudad.

Y los llamará por señas

Desde su trono de basalto.

Y Caín dirá en voz alta

Los nombres de quien se debe

Destruir, pues grandes son

Los crímenes cometidos.

Y, a quienes consumieron

La sangre del corazón

De sus sires, se llevará

Frente al Trono Negro,

Y beberán de Caín

La sangre. Y la sangre

De Caín comerá su sangre.

Traerán a la misma

Madre Oscura, y allí,

En el valle de Enoch,

Habrá üna batalla,

Un duelo del Padre Oscuro

Contra la Madre Oscura.

La Reina-Demonio morderá,

Y el Rey Condenado aún más.

No sabemos qué pasará,

Pero el cielo llorará,

Y la tierra bajo dél,

Y las fuerzas infernales

Correrán a raudales,

Liberados de la tierra.

Y en el día tercero

El silencio reinará;

Cuervos comerán carroña;

Las plagas danzarán

En medio de las ruinas;

Y los últimos Salvajes

Dejarán este lugar;

Las últimas de las Bestias

De la Luna lucharán,

Y caerán; y un imperio

De sangre harán para sí

Los Antediluvianos.

Con espolones de acero

Sus tierras regirán,

Arrancarán corazones

De lo que aún viva,

Y todo lo que sobreviva

Vendrá y vivirá

En la Última Ciudad,

La ciudad de Gehenna.

Se instaurará un reino

De ün millar de años.

Y no habrá ni amor,

Ni vida, ni compasión.

Los poderosos, esclavos;

Los virtuosos locos serán.

Todos los dones buenos

Corrompidos serán

Por quien cuyo poder

Venga de los infernales

Reinos, será el Padre

De toda Oscuridad.

Cuando las nieves consuman

Toda extensión de tierra,

Cuando el sol palidezca

Como una vela en el viento,

Entonces, y sólo entonces,

Una mujer nacerá,

La última hija de Eva,

Y en ella se escribirá

El destino de todos.

Pero no conoceréis

A esta mujer, excepto

Por tener tatuada

En su cuerpo la marca,

La marca de la Luna;

Su rostro verá el dolor,

El odio y la traición,

Pero en ella reside

La última esperanza.

Y podréis reconocer

Estos tiempos por el tiempo

Que rija la Sangre Débil,

Incapaz de Engendrar;

Y los conoceréis

Por aquellos Sin-Clan,

Quienes vendrán a regir;

Y los conoceréis

Con el nombre de Salvajes,

Que caza nos darán

Hasta en la mayor ciudad;

Y los conoceréis

Al despertar los Antiguos,

Al alzarse la Bruja

Y consumir a todos;

Y los conoceréis,

Pues una mano negra

Alto se levantará,

Y estrangulará

A quien se le oponga,

Y aquellos que ingïeren

La sangre del corazón

Se volverán prósperos,

Y todos los Vástagos

Con los suyos se unirán,

Y la Sangre será rara,

Tanto como los diamantes.

Observad estas señales,

¡Acercándose están!

La Gehenna será

Sobre la faz de la Tierra.

Observad la sombra que vuela,

Observad el dragón que se alza,

Observad la oscuridad

Que lenta se desliza,

Observad la sombra de luna,

Observad el ángel que muere,

Observad la virgen que llora,

Observad los nuevos chiquillos,

Observad los Sin-Clan que corren.

Entonces habrá un tiempo,

Cuando el Sire expulse al Chiquillo,

Cuando abandone al Chiquillo

A la merced del sol;

Y no habrá perdón

Para aquellos Sin-Clan,

Mestizos aunque encuentren

Sus Sires olvidados;

Sobre los odiosos Sires

Caerá la maldición

De Ariel, la maldición

Que proviene de Caín,

Pues será la maldición

De los cazadores cazados.

Aquellos de entre los Sin-Clan

No tendrán senda a seguir,

Ni familia que nombrar,

Ni generación que abrazar,

Ni tradiciones que cumplir,

Ni costumbres que dar,

Ni hospitalidad que ofrecer

¿Por qué creáis estos huérfanos?

¿Por qué los dejáis en la calle?

Ellos son la oscura semilla

De nuestra pedricïón,

Ellos se ünirán

Con aquellos que nos odian,

Ellos seguirán los pasos

Del Chiquillo de Brujah,

Ellos harán que la sangre

Rauda y roja se deslice,

Ellos occirán los muertos,

Ellos comerán nuestra especie,

Ellos golpearán

Y gritarán a nuestras puertas,

Ellos llorarán alto

Pidiéndonos justicia.

Sin-Clan, todos,

Destruirán nuestros muros.

Sin-Clan, todos,

Conocerán caminos secretos.

Sin-Clan, todos,

Son el sucio logro de Lilith.

Sin-Clan, todos,

Justo han Despertado.

Sin-Clan, todos,

¡Ni familia, ni símbolo,

Ni lealtad ni antiguo!

Cuidaos de quienes andan

Sin un Clan que los proteja,

Pues serán nuestra perdición.

¡Pobres! Adoptad los huérfanos

Siempre que podáis hacerlo,

Pero vigiladlos bien,

Ya que en su interior

Germina la semilla

De la maldad de su Sire.

 http://guarever.net/imagenes/vampiresa.jpg

No hay comentarios:

Publicar un comentario